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Si de algo puede presumir Mercedes-Benz es de disponer de modelos que con el paso del tiempo se han convertido en coches clásicos revalorizando su valor y admiración.
Desde que nació la marca de la estrella en 1886 con el famoso Modelo I, han sido muchas las innovaciones que a lo largo del tiempo han generado auténticas obras de arte con cuatro ruedas.
Mercedes Benz SSK
Este roadster de dos plazas se construyó entre 1928 y 1932 principalmente para correr carreras cortas y subidas. Por eso, montaba un motor de 6 cilindros con 7,1 litros de cilindrada que rondaba entre los 200 y 300 CV de potencia. Una auténtica barbaridad para la época.
Mercedes-Benz 300 SL
No podemos negar que este es uno de nuestros favoritos. Se fabricaron 3.258 unidades entre 1954 y 1963. Este coupé que tuvo una versión roadster paso a la historia por su versión Gullwing (alas de gaviota).
Se desconoce bastante, pero fue el primer automóvil en montar un motor con inyección directa de gasolina. El 300 se refiere a la cilindrada del motor que es un 3 litros y SL corresponde a “Sport Leicht” (deportivo ligero).
Este modelo se presentó en 1963 con la intención de desbancar a Rolls Royce del liderato en las berlinas de gran tamaño.
Con una longitud de 5,5metros y 6,25m en la versión Pullman, 2,5 toneladas de peso y un motor V8 de 6.300cc contaba con buenos argumentos para competir.
Se convirtió en el coche de jefes de estado, reyes y hasta del papa Juan Pablo II.
En la versión inglesa de la web oficial de Mercedes-Benz puedes encontrar un apartado de clásicos con mucha información adicional.